Guerra del Golfo
La llamada Guerra del Golfo Pérsico o simplemente Guerra del Golfo fue la guerra de 1990 a 1991 entre Irak y una coalición internacional, compuesta por 31 naciones y dirigida por Estados Unidos, como respuesta a la invasión y anexión del emirato de Kuwait por Irak. También se la conoce como Operación Tormenta del desierto, nombre de la campaña dirigida por Estados Unidos para liberar Kuwait. En Irak, la guerra es con frecuencia llamada simplemente Um M'aārak - "La Madre de todas las batallas" (frase acuñada por el propio Saddam Hussein).
El inicio de la guerra comenzó con la invasión iraquí de Kuwait el 2 de agosto de 1990. Irak fue inmediatamente sancionado económicamente por las Naciones Unidas. Las hostilidades comenzaron en enero de 1991, dando como resultado la victoria de las fuerzas de la coalición. Las tropas iraquíes abandonaron Kuwait dejando un saldo muy alto de víctimas humanas. Las principales batallas fueron combates aéreos y terrestres dentro de Irak, Kuwait, y en la frontera entre Kuwait y Arabia Saudita. La guerra no se expandió fuera de la zona de Irak-Kuwait-Arabia, aunque algunos misiles iraquíes llegaron a ciudades israelíes. Las causas de la guerra, e incluso el nombre de ella, son aún temas de controversia.
Guerra de Irak
La principal justificación para esta operación que ofrecieron el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, y sus aliados en la coalición fue la afirmación de que Irak poseía y estaba desarrollando armas de destrucción masiva (ADM), violando un convenio de 1991. Funcionarios de los Estados Unidos sostuvieron que Irak planteaba una inminente, urgente e inmediata amenaza a los Estados Unidos, su pueblo, aliados, y sus intereses. El apoyo de inteligencia fue ampliamente criticado, y los inspectores de armas no encontraron pruebas de armas de destrucción masiva. Después de la invasión, el Grupo de Investigación en Irak llegó a la conclusión de que Irak había terminado sus programas de armas de destrucción masiva en 1991 y no había ninguna en el momento de la invasión, pero que tenían la intención de reanudar la producción siempre y cuando se levantaran las sanciones. Algunos funcionarios de los Estados Unidos alegaron que Saddam Husein y Al Qaeda habían estado cooperando, pero no hay pruebas de que exista una relación de colaboración. Otras razones para la invasión por parte de los funcionarios incluían las preocupaciones sobre el apoyo financiero de Irak para las familias de terroristas suicidas palestinos, violaciones de los derechos humanos por parte del gobierno iraquí, propagación de la democracia, las reservas de petróleo de Irak, aunque este último ha sido negado por otros funcionarios.